Yamiri Rodríguez Madrid
Es cierto que
al rector de la Universidad Veracruzana (UV), Martín Aguilar, las constantes
críticas de los exrectores sobre su amañada permanencia en el cargo, le han
importado y le han hecho lo que el viento a Juárez, pero un creciente
movimiento estudiantil en su contra sí debe quitarle el sueño.
Universitarios salieron
el pasado 17 de octubre a las calles para inconformarse por su actuar al frente
de la máxima casa de estudios en la entidad, sobre todo ante las recientes
lluvias que azotaron al norte del estado.
Los estudiantes acusaron al
Rector de haber sido m negligente al no aplicar protocolos de seguridad, por lo
que sus compañeros continuaron con las clases en esa semana y no pudieron
regresar a sus municipios de origen.
En diversas
facultades han colocado pancartas externando su rechazo a Aguilar Sánchez;
hacen presencia en la zona universitaria y exigen su salida. Ojo. Si el rector
opta por ignorarlos, como es su estilo, tiene un caldo de cultivo para el
conflicto. Hace muchos años que la UV
no tiene conflictos estudiantiles; atrás quedaron los años donde estudiantes
tomaban camiones y los quemaban, se iban a paro, provocando que muchos de sus
compañeros se atrasaran en sus clases e, incluso, llegaran a perder el semestre.
Si no les pone
atención y lo sigue dejando crecer el tema, como a muchos de sus múltiples
problemas, la presión social se sumará que incluso podría escalar, aun con su
autonomía, a un problema estatal, pero si algo ha caracterizado a esta gestión
rectoral ha sido el minimizar todo y dejar que el tiempo y el olvido se lleven
los problemas universitarios.
Si tanto amor le tiene Martín Aguilar a su
alma mater, ya debería dar un paso de costado y convocar a una elección
extraordinaria rectoral; en vía de mientras la bola de nueve se le está
volviendo avalancha.
@YamiriRodriguez
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