Por Yamiri
Rodríguez Madrid/Washington DC
Hace 20 años, Johnny Yataco, llegó desde
su natal Perú a Washington, sin dólares en el bolsillo, con frío, sin amigos y
sin hablar español. Quiso ser fotógrafo, pero ingresó al Departamento de Ventas
de un diario. Hoy es fundador y editor
del periódico Washington Hispanic.
Este diario, es uno de los tres que circulan con éxito en la capital
estadounidense, con un tiraje semanal de 45 mil ejemplares.
Pedro Avilés, organizador comunitario y
co fundador del Latino Civil Rights Task
Force, es originario de El Salvador, tiene 25 años aquí y recuerda que a su
llegada al llamado Departamento 15 de su país, dados los flujos migratorios, en
esta ciudad sólo había una estación de radio hispana y 6 periódicos. Hoy hay 5
estaciones y sólo tres impresos, además de canales de televisión por paga y
páginas de Internet.
Luis Miranda, ex asesor del Presidente
Barack Obama en Asuntos Hispanos, es un hombre joven, originario también de El
Salvador. Cercano al mandatario estadounidense, apunta que los medios de
comunicación más fuertes de este país, no reconocen que han perdido el tiempo
en la relación con los países latinos.
Parte de lo que se necesita cambiar
–dice-, y que aún falta mucho por avanzar, es en la diversidad de los
contenidos en los medios estadounidenses.
El caso Venezuela es ilustrativo: tres días la misma fotografía en el New York Times, pero una cobertura
impresionante del caso Ucrania.
La imagen del migrante en grandes
cadenas televisivas, como CNN, era la
del latino arrestado, en redadas, una lucha que los dreamers y la Casa Blanca pugnó, para que al hablar de migración
se ilustre con estudiantes, gente trabajando… Inverosímil pero cierto: aquí se
describe con la misma palabra al extraterrestre que al migrante.
Los tres coinciden en que el sueño
americano está vivo para los migrantes, para los 55 millones de latinos en
Estados Unidos. Todos creen que se puede prosperar, aún y cuando la población
estadounidense no cree en este, pese a las oportunidades económicas existentes.
Esa misma percepción errónea de los
estadounidenses los hace dejar de lado
el tema migratorio. Es más, en una
reciente encuesta, un porcentaje importante de la población cree que todos los
latinos son migrantes ilegales, aún y cuando sólo es 1 de cada 5.
Cada día hay más latinos graduados de
las grandes universidades de nuestro vecino país del norte, como Harvard, y
cuyos padres llegaron a trabajar como jornaleros al sur.
En el consumo de medios, a decir del
asesor gubernamental, los latinos que aquí viven y que quieren saber lo que acontece en su país, son quienes dominan
el tema migratorio.
Tristemente, el interés por dicho tópico
se va perdiendo conforme a generaciones: importa en la primera, en el que llegó
o llega a trabajar, para la tercera ya ni siquiera español hablan por lo que no
les interesan.
Así, no se vislumbra una próxima reforma
migratoria, y es que pareciera que en Estados Unidos, el tema migratorio, la
relación con los países latinoamericanos
pasa a segundo término, pues en Europa hay
pescados más grandes que freír…
@YamiriRodríguez
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