jueves, 22 de octubre de 2015

La magia de Orizaba

Por Yamiri Rodríguez Madrid

En días pasados, junto con Coscomatepec y Zozocolco, Orizaba recibió su nombramiento como Pueblo Mágico, sumándose así a la lista conformada por Papantla, Xico y Coatepec.
Pero ¿cuál es el verdadero encanto de la llamada eterna pluviosilla? Para empezar, que su presidente municipal, Juan Manuel Diez Francos, por segunda ocasión en esta encomienda, ha donado íntegro su sueldo a instituciones de beneficencia, pues como lo dice él mismo, su futuro está resuelto, al ser un prominente empresario del ramo automotriz.
Pero además, con su trabajo de dos trienios ha logrado, por ejemplo, pavimentar todas las calles, construir 200 manzanas de banquetas y colocar polímero en la calles con concreto para disminuir accidentes, tal y como lo hacen las ciudades europeas y algunas en Estados Unidos. Si no se puede hacer rica a la gente en sus casas, sino en sus calles.
La ciudad, que hace 12 años fue despreciada por los japoneses para instalar ahí una planta de la Honda, pues no ofrecía la calidad de vida para sus ejecutivos, hoy tiene también 38 parques y 18 museos.
A diferencia de muchos municipios, no tiene Orizaba deuda con proveedores, pues ha tenido la capacidad de generar recursos propios: 14 millones de pesos anuales por parquímetros; otra cantidad igual por el teleférico; 1 millón de pesos más por los baños públicos, más los ingresos municipales.
Los 35 mil 200 predios pagan 265 pesos anuales por predios; 185 pesos por limpia pública y 300 por agua. Además, al ordenar al ambulantaje y cerrar el centro histórico para hacerlo peatonal, las ventas se han aumentado en 40 por ciento.
Así, la magia de una ciudad no radica en hermosear sus inmuebles, sino en atender las necesidades básicas de la población, para entonces sí, construir sobre bases sólidas.
Por cierto, urge la elaboración de guías de los Pueblos Mágicos en la entidad, sino pregúntenle a Tomás Ruiz González, titular de la Secretaría de Infraestructura y Obras Públicas (SIOP), quien confundió a Coscomatepec con Coatepec, al querer felicitar al primero por su nombramiento, a través de las redes sociales: se quemó poniendo la fachada del templo de San Jerónimo en lugar de Coscomatepec.
@YamiriRodríguez

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