Por Yamiri Rodríguez Madrid
Hoy se celebra el Día del Cartero, un oficio que muchos aseguran, está a punto de desaparecer; y es que la llegada del Internet a nuestras vidas terminó por desplazar la redacción de cartas, la compra de estampillas postales.
Hace todavía unos años, el poder adquirir un apartado postal era una travesía empero, el Servicio Postal Mexicano (Sepomex) reporta hasta agosto de este año, 201 mil 994 apartados y 18 mil 20 buzones, una cantidad mínima en un país donde habitamos más de 112 millones de personas.
Hay mil 577 oficinas con atención al público (111 receptoras), 63 centros de clasificación y 24 mil 146 puntos con terceros; además se cuenta con mil 551 rutas y 363 circuitos, todo atendido por 18 mil 507 empleados con 12 mil 803 vehículos y equipo de reparto. 10 mil de ellos son carteros.
Pero de los más de 491 millones de piezas manejadas, Sepomex ocupa la mayor parte de su tiempo en suscripciones, notificaciones y correspondencia bancaria. Las cartas de amor, las tarjetas postales de un viaje, quedaron ya en el último término.
Basta revisar la caligrafía y ortografía de cualquier jovencito para constatarlo: lo que se tienen que decir es por email, Facebook o Whatsapp.
Dato interesante: El correo novohispano en sus inicios, concebido como una empresa privada, considerado un oficio "vendible y renunciable" permaneció por espacio de 187 años en manos de particulares.
Con la instauración de las Reformas Borbónicas en todo el imperio español, el servicio de correos, que hasta ese entonces estaba concesionado sobre la base de Mercedes Reales, pasa a ser una función prioritaria de la Corona Española y toca a don Antonio Méndez Prieto y Fernández, último Correo Mayor, entregar al Estado, el 1º de julio de 1766, el Oficio. En 1901, el Correo adquiere el rango de Dirección General de Correos.
El 20 de agosto de 1986, por decreto presidencial, se crea el organismo descentralizado denominado Servicio Postal Mexicano como respuesta a la necesidad de modernizar las prácticas operativas y administrativas en busca de una mayor productividad en la prestación de los servicios de comunicación. De esta forma, el Organismo adquiere personalidad jurídica y patrimonio propio y pasa a formar parte de la administración pública paraestatal. Hoy está debilitado.
El escritor colombiano Gabriel García Márquez escribió El Coronel no tiene quien le escriba…nosotros sí, pero hemos perdido la costumbre.
@YamiriRodríguez
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