Yamiri Rodríguez
Madrid
Es lamentable que muchas piezas que han formado parte de la historia
veracruzana hoy estén desaparecidas; no son solamente los tesoros arqueológicos,
sino incluso de décadas atrás que vaya usted a saber en qué casa de político en
turno terminaron. Le pongo unos cuantos ejemplos.
En la administración priista de Dante Delgado Rannauro, en la colonia El
Haya, del municipio de Xico, mientras hacían trabajos en la explanada de la
escuela primaria, encontraron vestigios arqueológicos. Los metates, ollas,
puntas de lanza y figurillas fueron resguardadas en vitrinas que se compraron,
a fin de que la institución fungiera además como un pequeño museo de sitio.
Es más, hasta fragmentos de una calzada prehispánica se encontraron, por lo
que después de clases niños y papás se quedaban excavando. El INAH estuvo ahí un breve tiempo y el Museo
de Sitio improvisado así operó algunos años, bajo la custodia de los maestros;
hoy, ni los propios vecinos de El Haya saben qué pasó con esos vestigios.
Otro ejemplo es el de los coches que estuvieron durante años en exhibición
en el entonces Museo de Ciencia y Tecnología.
Después los llevaron al Museo del Transporte; unos cuántos regresaron al
Museo Interactivo de Xalapa y con tanto ir y venir ya nadie supo en qué
colección personal quedaron.
Hace años, cuando remodelaron el Parque de los Tecajetes, peces japoneses y
fuentes ya no regresaron. Si hasta bancas
de parques y luminarios terminaron en los jardines de las casas de
expresidentes municipales, imagínese si eso no pasó con las especies que ahí
estaban.
Y como esos, hay muchos otros ejemplos más a los que simplemente ya no se
tuvo el tiempo ni el interés de averiguar en qué manos quedaron, pese al valor
histórico de cada pieza. Desafortunadamente
parte de la historia de Veracruz poco a poco se ha ido perdiendo por esos
vivaces que, aprovechándose de un cargo público, se llevan lo que pertenece solo
a Veracruz y a todos sus veracruzanos.
@YamiriRodríguez
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