Yamiri Rodríguez Madrid
Las recientes
declaraciones de la flamante dirigente nacional de Morena, Luisa María Alcalde,
no cayeron nada bien entre las y los fundadores del partido y entre sus
militantes de hueso guinda, pues sentenció que sin importar lo que hayan hecho
ni de dónde vengan, tendrán que ser bien recibidos en las filas del movimiento
todo aquel que ahora se quiera ir de ese lado: “permitan que cualquier mujer u
hombre que desee formar parte de nuestro movimiento se sienta libre de poder
hacerlo y entusiasmado de participar de manera activa
El ejemplo más claro lo
tenemos en Veracruz con los Yunes. Los
mismos que llamaban “viejo guango” a Andrés Manuel López Obrador, fundador y
líder moral de Morena, creen que, con lo dicho desde Nuevo León por su
lideresa, los encarta en 2025 a los integrantes del clan azul, sobre todo en la
zona conurbada Veracruz-Boca del Río, donde se dicen amos y señores de los
votos.
Pero no solo son ellos,
hay una larga lista de exmilitantes de otros partidos -de los que más odian y
han sido bandera de ataque en seis años-, que aspiran a ser candidatos de
Morena el próximo año y que parecen ya llevar mano sobre la larga lista de
militantes que tienen rato formados como, por ejemplo, el expanista Alejandro
Cosío Hernández, quien busca Boca del Río, pero como neomorenista.
Las palabras de Luisa
María Alcalde han calado tanto que circulan con virulencia en los chats, sin
dar crédito del tsunami que está por venir. Al estar la oposición tan diluida
en el estado, sin posibilidad real de triunfo, ven en las siglas de Morena la
última tabla para subsistir y no la van a dejar pasar.
La inclusión de
expriistas, expanistas y experredistas en Morena -hasta de los más odiados e
impresentables-, demuestra una vez más porque los refranes son sabiduría
popular: en política, el que tiene más saliva, traga más pinole. Osea, mañana
mata ideal. Ya lo verán.
@YamiriRodriguez
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