Yamiri Rodríguez Madrid
Hay quienes no entienden. Pese a que al interior de Morena la
gobernadora electa, Rocío Nahle ha sido enfática en que, en el proceso
electoral del próximo año, en el que se renovarán las presidencias municipales,
no habrá espacio para que sean candidatos o candidatas hijos, hermanos, esposos
o parientes cercanos de los actuales alcaldes, hay quienes no quieren soltar el
hueso.
Un ejemplo es el presidente municipal
de Tuxpan, José Manuel Pozos Castro, quien quiere que su retoño lo suceda en el
cargo, aún y cuando hace unos días la próxima mandataria veracruzana ya lo
nombró titular de Invivienda. Claro, no es el mismo presupuesto que manejará en
un área estatal, donde tendrá varios jefes, que operar el de uno de los
municipios más importantes del estado donde además hay autonomía.
Si bien hubo molestia por parte
de algunos colectivos feministas por la inclusión de Manuel Pozos del Ángel en
el gabinete ampliado dados los señalamientos en su contra, en 2022, a su paso
por la Subsecretaría de Planeación de la Sefiplan, imagínese si lo hacen
candidato. Por cierto, que esas acusaciones de supuesto acoso a estudiantes de
servicio social, no han sido confirmadas, pero tampoco desmentidas, pese a que
fue lo que obligó su “renuncia”.
Muchos políticos, de todos los
colores partidistas, no tienen llenadera y creen que los cargos son
hereditarios. No han aprendido de muchos
casos que se han dado en Veracruz y en el país donde la gente ya ha cobrado
factura a esos excesos. Familias que se apoderan de municipios y regiones y solo
se pasan el cargo entre ellos como los Guzmán Avilés en Tantoyuca o los De la
Torre en Martínez de la Torre por citar unos cuantos ejemplos.
Así que. si el munícipe tuxpeño
tenía como plan b a su hijo Christopher y a su nuera como plan c, ya se puede
ir despidiendo. Hay más morenistas en
Tuxpan, muchos más, que solo los Pozos y compañía.
@YamiriRodriguez
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