lunes, 31 de enero de 2011

Agua como bien económico

La inversión total requerida en el sector hídrico de Veracruz al año 2010 ascendió a 28 mil 869 millones de pesos.


Por Yamiri Rodríguez Madrid

Un vaso de cerveza, una botella de agua de 250 mililitros, o incluso, un litro de leche, son mucho más caros que lo que cuesta a los gobiernos llevar miles de litros de agua potable a los domicilios diariamente.

Su bajo costo ha propiciado que no se valore en su justa dimensión el vital líquido: sólo basta con salir a la calle para darse cuesta de su desperdicio. Hay quienes lavan sus automóviles, sus banquetas, con la manguera. Las fugas en la vía pública permanecen por semanas, pero cuando se trata de aumentar las tarifas del servicio de agua potable y alcantarillado, la gente protesta.

Las cifras son alarmantes y casi pocos las conocen: del total de plantas de tratamiento existentes en el estado, funcionan menos de la mitad, más del 80 por ciento del agua que utilizamos no se trata.

Ante este panorama y a la par del Foro Mundial del Agua, celebrado días atrás en la capital del país, el gobierno veracruzano, junto con un grupo de profesionales dedicados al medio ambiente atmosférico, están elaborando una política financiera en la materia, mediante la cual se pretende abatir dicho problema.


La visión apocalíptica.
México no está distante a vivir una situación similar a la reflejada en la película “Cuando el destino nos alcance” pues Jesús Reyes Heroles, en una ponencia efectuada semanas atrás en la capital del estado subrayó que estadísticamente, 89.2 por ciento de los mexicanos tiene acceso a agua potable.

Sin embargo, explicó que ese porcentaje dice poco, en la medida que no refleja la mala calidad del fluido. Sólo 27 por ciento de las aguas superficiales tiene calidad excelente o satisfactoria.

Al campo se destina 80 por ciento del agua. Existen 4.8 millones de hectáreas de riego, organizadas en 82 distritos y más de 39 mil unidades de riego. De las áreas que cuentan con irrigación, 80 por ciento utilizan métodos tradicionales; 55 por ciento del agua destinada a riego se desperdicia.

Peor aun, se estima que en las áreas urbanas las fugas pueden representar entre 30 y 50 por ciento del total. De ahí que Reyes Heroles considere este vital líquido como un “bien económico”.

De acuerdo con esta información aunque el agua es un “gran activo de Veracruz”, en el estado sólo 63.4 por ciento de la población tiene acceso a agua potable de diversas calidades (en contraste con el 89.2 por ciento a nivel nacional).

Por esta razón el estado ocupa el lugar 30 a nivel nacional en cobertura de agua potable: Para la población rural que representa aproximadamente 40 por ciento de la total, sólo 44.4 por ciento tiene acceso a agua potable, es decir, 1.6 millones de habitantes

En ese sentido el Consejo del Sistema Veracruzano del Agua (CSVA), expuso también el pasado mes de febrero durante la Tercera Reunión Estatal “La problemática Financiera del Sector Hidráulico Veracruzano”, que aunque en promedio la disponibilidad de agua por habitante sitúa al Estado de Veracruz como uno de los pocos privilegiados en el país, esta no se distribuye de manera uniforme a lo largo del territorio estatal.

Para este organismo sólo el 27 por ciento de los municipios del estado tienen una disponibilidad clasificada entre “baja” y “extremadamente baja”. Por citar un ejemplo, en las zonas rurales del estado de Veracruz, habitan 2.88 millones de personas en 21 mil 753 localidades menores a 2 mil 500 habitantes, con una cobertura de agua potable del 44.37 por ciento.

Las localidades mayores a 2 mil 500 habitantes son 279 y concentran a 4.19 millones de personas. El nivel de servicio es de 76.98 por ciento.

En términos de saneamiento, la cobertura de alcantarillado en zonas rurales alcanza sólo el 35.88 por ciento de la población, en el caso de las localidades urbanas, la cobertura de alcantarillado es de 85.19 por ciento.

La entidad cuenta con una capacidad de potabilización en operación de 148 Mm3, que corresponde al 40 por ciento del agua superficial suministrada (371.22 Mm3). Las demandas para uso público y doméstico al 2004 son de 742 Mm3, mientras que el suministro es de 528 Mm3.

Pero alarmante resulta el hecho de que Veracruz cuenta con 88 plantas de tratamiento de aguas residuales municipales, con una capacidad instalada de 174.7 Mm3, de los cuales está en operación cerca del 28.5 por ciento(45.2 Mm3). La cobertura de saneamiento al año 2004 es del 11.4 por ciento, considerando el caudal de operación y el volumen total descargado.

En lo que hace a las perspectivas de crecimiento poblacional consideradas en el Programa Hidráulico Estatal la dependencia señala que la población esperada al año 2010, conforme a los datos de INEGI y tasas del Consejo Nacional de Población (CONAPO), es de 7 millones 61 mil 985 que demandarán 757 Mm3. La demanda al año 2025 será de 817 Mm3.

Pero en este análisis no se dejó de lado la situación del campo, pues el sector primario es una de las principales actividades económicas del estado: En este reporte se indica que el crecimiento en la superficie irrigada al año 2010, no contempla la apertura de nuevas tierras, para los próximos años el impulso a las actividades agrícolas en la modalidad de riego irá dirigido a dos aspectos: proyectos de riego suplementario en las zonas de temporal tecnificado y en otras zonas de temporal convencional y proyectos de tecnificación del riego.

En tanto la Comisión Estatal del Agua del Estado de Veracruz (CAEV) hizo un diagnóstico al 2004 en el cual evalúa la situación de los organismos operadores y señala que las tarifas que cobran no reflejan costo real del servicio aunado a que el exceso de personal y elevadas prestaciones laborales y sindicales van en su detrimento.

El mismo informe pone de manifiesto que la infraestructura de los organismos es deficiente, obsoleta y limitada, están sujetos a una alta rotación de los directivos y enfrentan una baja eficiencia en la cobranza y comercialización de los servicios.

Vinculación estratégica con el sector privado.
Como parte de las estrategias para combatir este problema, la Comisión Municipal de Agua y Saneamiento de Xalapa (CMAS) propone la participación de la iniciativa privada en el sector de agua potable, alcantarillado y saneamiento a fin de abatir el déficit generado.

El objetivo, dicen, es asegurar la autosuficiencia financiera de los servicios a largo plazo alcanzando la eficiencia económica de los prestadores de servicio. Tan sólo en Xalapa 58 colonias carecen de alcantarillado, es decir el 42 por ciento de la población.

Solo basta decir que la inversión total requerida en el sector hídrico de Veracruz al año 2010 asciende a 28 mil 869 millones de pesos.

Por si fuera poco el problema se torna aún mayor: gobiernos municipales de Puebla están reclamando el abasto que dan a Xalapa por lo que la “bomba” está latente.

A decir de los expertos en la materia, reunidos en esta reunión estatal es incalculable la magnitud de los recursos que requeriría una sola administración estatal o municipal, para enfrentar de manera integral el problema del agua, aunado a que la solución financiera para enfrentarlo y resolverlo integralmente es inalcanzable para una sola entidad y las propuestas de solución que siguen apareciendo son individuales, unilaterales, desarticuladas y desintegradas.

Sobre este punto el titular del Comité de Planeación para el Desarrollo Veracruzano (Copladever), Rafael Arias Hernández, propuso la necesaria y urgente articulación de acciones, ”Fortaleciendo la autoridad de la Cuenca” así como que las nuevas inversiones se orienten más que a incrementar la infraestructura, al mantenimiento y a la preservación de las fuentes mismas del agua.

En tanto la CSVA señala la necesidad de que el gobierno modifique la forma de manejar los recursos con los que apoya a los organismos. El planteamiento consiste en que dichos recursos no se manejen a fondo perdido, sino que sean considerados como un préstamo o crédito del gobierno al organismo, con diferentes tasas de interés, incluso con tasa cero

Este esquema considera que los organismos operadores irán mejorando el servicio, lograrán mejores recaudaciones y tiendan a la autosuficiencia. De esta manera, el gobierno del estado irá recuperando su capacidad económica en el sector, al ir recibiendo los pagos de los préstamos que permitirá canalizarlos a otras localidades.

En esta problemática, coincidieron los expertos, los usuarios también intervienen de manera relevante, ya que el uso ineficiente del agua, se refleja en altos consumos y en poca disposición a pagar el costo real de los servicios, lo que al mismo tiempo que obliga a los sistemas operadores a implementar acciones cada vez más complejas y costosas para poder mejorar el servicio, les impide contar con los recursos para hacerlo.

De esta forma, los prestadores de servicio, por tanto, se ven atrapados en un círculo vicioso, en el que el efecto principal es un funcionamiento deficiente. En consecuencia, el prestador de servicio pocas veces puede permitirse un verdadero proceso de crecimiento de su capacidad institucional, eslabonado en la planeación técnica y financiera bien informada, así como en la capacitación de su personal.

Por ello, como decía un comercial de la década de los 80’s: cierrale a la llave.

La realidad de Veracruz
Sólo 60.4% de la población tiene acceso a drenaje sanitario, en comparación con 77% a nivel nacional. El Estado ocupa el lugar 24 en el país.
Población sin alcantarillado y drenaje: Rural: 1.8 millones de habitantes. Urbana: 578 mil habitantes
Existen marcadas diferencias: 3.7% para la población del bajo Pánuco, y 87.2% para la población urbana del centro del Estado.
En el Estado se trata sólo 11.4% (cobertura de saneamiento) de las aguas residuales municipales, (lugar 31 a nivel nacional).
Existe capacidad para procesar 174.7Mm. Sin embargo, las 88 plantas existentes operan a 28.5% de su capacidad.
El 82 por ciento de la población se abastece de agua superficial.
No existe suficiente infraestructura de potabilización.
Los bombeos directos a las redes de distribución y el inadecuado manejo de presiones, reducen la eficiencia de los sistemas, elevan los costos de operación y ocasionan un mayor desgaste de las tuberías.
El mantenimiento es correctivo, por lo que la mayoría de las redes de distribución y tomas presentan fugas.
Las pérdidas físicas en las redes se estiman en promedio de 35 por ciento.
El crecimiento desordenado de las localidades y las demandas sociopolíticas crean un efecto de presión sobre la infraestructura, que queda sobrepasada por el crecimiento.

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