jueves, 26 de diciembre de 2013

Sistema Penitenciario Mexicano, una herida sangrante

Por Yamiri Rodríguez Madrid.
 
En México, existen 418 cárceles y Centros de Readaptación Social (Ceresos), con una población estimada, según datos de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), en 224 mil internos hasta mediados del presente año.
Lo grave del asunto, es que de manera conjunta, nuestras prisiones, sean de máxima seguridad, federales, estatales o municipales, sólo pueden albergar a poco más de 195 mil reos; esto aún y cuando la Organización de las Naciones Unidas (ONU), ha recomendado a los Estados, que por cada diez presos debe haber por lo menos un custodio que garantice la seguridad.
Lo anterior se ve reflejado en el hecho de que sólo poco menos de 25 mil encarcelados están en centros federales, el resto se encuentra hacinado en las estatales. Así, una nota común en los medios de comunicación son los motines, las riñas internas que dejaron lesionados y muertos, y hasta fugas espectaculares e inconcebibles, propiciadas en gran medida por esta sobrepoblación de casi 25 por ciento. Chiapas, por ejemplo, tiene un custodio en promedio, por cada 19 internos.
Basta recordar el intento de motín en Islas Marías, en el mes de febrero, por parte de 650 reos: 4 custodios fueron heridos por las inconformidades en los servicios del penal.  En abril, una riña en el de San Luis Potosí dejó como saldo 10 prisioneros muertos y medio centenar de heridos.
Y es que hasta 1997, el Observatorio Internacional de Prisiones, arrojaba, en su Informe sobre las Condiciones de Detención de las Personas Encarceladas, que en la nación azteca había, hace 16 años, una población penal de  105 mil personas, de los cuales 30 mil 200 eran menores.
En un análisis progresivo, basada en cifras del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), en el año 2000 había 444 penales con una capacidad de 121 mil.  En la actualidad, con un número mucho menor, 418, la capacidad prácticamente se duplicó con 200 mil 100 reos, aunque no sea suficiente.  En 2005, llegamos a tener 455 cárceles.
Hoy en día, de los 418 centros de reclusión que existen en México, 10 son federalizados; 319 manejados por los gobiernos estatales, 91 por los municipales y el resto son administrados por el Distrito Federal.
Pero súmele al caldo de cultivo, el costo de manutención de cada reo y de cada cárcel: 160 pesos diarios entre alimentación, luz, agua, gas y gastos del mantenimiento del inmueble así como defensoría y trabajo social. En el sistema federal, el costo es de 236 mil pesos anuales por cada uno de ellos.
Traigo lo anterior a colación porque Suecia, uno de los países más avanzados en el mundo, con los mejores niveles de vida y la prácticamente nula corrupción, está cerrando sus cárceles por falta de reos.
Increíble de leer: 4 cárceles así como un centro de prisión fueron ya inhabilitadas pues
con una población de 9.5 millones de habitantes, el número de presos en Suecia es de apenas 4 mil 852. El destino final de estas será convertirlas en edificios gubernamentales y otras más serán puestas a la venta, aunque autoridades de dicho país europeo estiman que en para el 2015, otros ceresos también podrían ser cerrados.
Caso contrario al nuestro, donde cada día tenemos más reos y no nos alcanza ya el dinero para mantenerlos, peor aún cuando ni siquiera pueden readaptarse.
@YamiriRodriguez

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