Por Yamiri Rodríguez Madrid
En Xalapa y la región muchos afirman ser testigos de la santidad en la que vivió el padre jalisciense, Juan Manuel Martín del Campo. Además de su labor como exorcista, el párroco de San Jerónimo, en Coatepec, tenía el don de la oblicuidad.
A diferencia de muchos sacerdotes de nuestra época, vivió muchos años en un departamento del centro de la capital del estado, en la esquina de Juárez y Revolución, justo arriba de donde hoy hay una mueblería. Conducía un modesto vochito.
Este 22 de septiembre, después de 4 años de espera, en la sala de congresos de la Congregación para los Santos de la ciudad del Vaticano, la comisión de Obispos y Cardenales dio su voto unánime sobre la vivencia heroica de las virtudes y fama de santidad de este sacerdote diocesano, cuyo sepulcro es muy visitado en el pueblo mágico de Coatepec.
Ahora, el paso siguiente, como lo ha informado la propia Arquidiócesis de Xalapa, es presentar una solicitud al Papa Francisco para que le conceda el título de Venerable Siervo de Dios, el cual, en el credo católico, es un título previo a la beatificación que la Iglesia concede a quienes han vivido en grado heroico las virtudes cristianas.
Y es que pocos estados pueden presumir tener sus santos locales y Veracruz ya se perfila para tener el segundo: el padre Juan Manuel Martín del Campo. Claro, San Rafael Guizar y Valencia tampoco era veracruzano, era oriundo de Cotija Michoacán, sin embargo, ambos hicieron su vida sacerdotal en este estado, que los adoptó como suyos.
En espera también, de poder ser elevado a los altares está el beato, oriundo de Naolinco, Darío Acosta, cuyo proceso ha sido lento, pero avanza seguro.
Si bien de nueva cuenta habrá que esperar por lo menos otro par de años para probar un milagro del Padre Martín del Campo, lo cierto es que de alcanzar la santidad, será el primer santo exorcista reconocido por la iglesia católica.
@YamiriRodriguez
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