Por Yamiri
Rodríguez Madrid
Por si usted
no lo sabía, este 3 de diciembre, a nivel internacional, se conmemora el Día de
las Personas con Discapacidad y, en el estado, se estima que ya un 15 por
ciento de los casi 8 millones de veracruzanos sufre de esta, según lo ha
reconocido el propio DIF estatal.
A propósito de
esta fecha, el INEGI dio a conocer que hasta el año pasado, la prevalencia de
la discapacidad en México era de 6 por ciento y que las dificultades para caminar
y para ver son las más reportadas entre las personas con discapacidad.
Los
principales detonantes de discapacidad en el país son las enfermedades (41.3%)
y la edad avanzada (33.1 por ciento), pero muy pegado vienen los accidentes, de
ahí la importancia de programas como el alcoholímetro y los reductores de
velocidad instalados en las principales avenidas de nuestras ciudades.
Por si usted
no lo sabía, 23.1% de la población con discapacidad de 15 años y más no cuentan
con algún nivel de escolaridad, aunque las personas con dificultades para ver
son las que más asisten a la escuela (42.4%) entre la población con
discapacidad de la población de 3 a 29 años.
En esos
números, destacada que 83.3% es derechohabiente o está afiliada a servicios de
salud y que participa en actividades económicas 39.1% de la población con
discapacidad de 15 años y más, frente a 64.7% de su contraparte sin
discapacidad.
En 15 de las
32 entidades federativas del país, la prevalencia de la discapacidad entre la
población que reside en cada una de ellas es mayor que la observada a nivel
nacional. Nayarit y Durango son las entidades que presentan las prevalencias
más altas del país, con 8.2 y 7.5% respectivamente, pero en Veracruz es de 6.7%.
Con estos
números, ¿qué estamos haciendo para atender a la población de este sector? La
mayoría de los edificios públicos no están adaptados para ellos. En Xalapa, la capital veracruzana, hay
casetas telefónicas a media banqueta, estás están fracturadas en su mayoría,
con registros destapados, y peor aún, con una ciudadanía también inconsciente
que se estaciona sobre las banquetas, que obstruye las pocas rampas.
Basta con
darse la vuelta por cualquier estacionamiento para observar como de los autos
descienden personas sin ninguna discapacidad, de los lugares destinados para
ellos, solo por la flojera de caminar o no seguir buscando un espacio.
Si a la
sociedad no le interesa, mucho menos a nuestras autoridades, salvo el 3 de
diciembre, cuando entonces sí, corren a tomarse la foto.
@YamiriRodríguez
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