Por Yamiri
Rodríguez Madrid
Hace 3
décadas, cuando yo era una niña, no
había circo que llegara a la ciudad al que yo no asistiera. Así recuerdo al hombre más fuerte del mundo,
del Circo Ruso de Moscú; a la contorsionista
del Circo Chino de Pekín, o las risas
que arrancaban los payasos del Circo
Atayde Hermanos.
Este fin de
semana, después de muchos años, volví a una carpa y tristemente comprobé que la
industria circense va en pique. Tras la
aplicación de la ley que prohíbe los circos con animales, hoy ha dejado de ser
negocio y, tan es así, que después de hacer su número en el trapecio, a los
cinco minutos la estrella baja a vender nachos o palomitas entre las gradas,
lunetas y palcos.
Otra muestra
del cómo se ha eficientado el
presupuesto es que apenas y con 12 personas montan un número, que en su función
más fuerte, la dominguera, apenas y logra juntar a un centenar de personas.
¿Cuánto cuesta
desplazar un circo por todo el país? ¿Cuántos quedan en la actualidad? ¿Fue la
salida de los animales el fin de una parte de la industria del espectáculo?¿Cuándo
fue la última vez que usted visitó uno?
Los precios hoy
son mucho más baratos que los del cine: 50 pesos en gradas, 80 en luneta y 100
en palco. Aquí las palomitas valen 20 pesos, lo mismo que la foto del recuerdo
o la nariz luminosa del payaso. Empero, las filas de los complejos cinematográficos
son más largas que las de los circos.
Lo cierto es
que estas modernas familias de nómadas tendrán que comenzar a buscar cómo
ganarse la vida, pues tristemente ha iniciado el inicio del final de los
circos.
@YamiriRodríguez
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