Por Yamiri
Rodríguez Madrid
Hay personajes
en la actualidad en Xalapa, que sin hacer una contribución histórica,
científica o social, pasarán a la historia, por volverse íconos de la
ciudad. Un ejemplo de estas figuras
xalapeñas es don Teodoro Reyes Reyes Flores, quien ha dedicado 35 años de su
vida a cuidar el parque de El Huarache, enclavado en el fraccionamiento Las
Ánimas.
Originario de
una remota comunidad en el municipio de Tatatila, don Teo, como lo conocen los asiduos visitantes
al parque propiedad de la familia Fernández, probó primero suerte en Puebla,
como albañil, pero al terminarse la obra en la cual trabajaba llegó a Xalapa y
fue contratado, allá en la década de los 80’s, como encargado del encendido de
las luminarias en Las Ánimas. Después se
volvió el jardinero. Vio crecer las grevilleas que, desde Australia, la
trajeron.
En estas casi
4 décadas, cuenta, ha pasado de todo: chamacos de secundaria que llegan a
provocarlo, como si fuera gracia que un septagenario salga a perseguirlos;
juniors que llegan a emborracharse e intentan golpearlo; parejas que creen que
el parque es motel y dejan regados preservativos y, lo peor, fue el año pasado,
cuando unos vándalos le quemaron su casa.
Ese día afortunadamente, él había ido a visitar a unos familiares, de lo
contrario, pudo haber muerto ahí dentro.
Con un dejo de
tristeza comenta que ya se ha acostumbrado a esos tratos, sin que la policía si
quiera intente intervenir, pues al ubicarse el parque en una zona residencial,
las agresiones no vienen de vándalos o pandilleros, sino de hijos de
funcionarios y personas influyentes.
Don Teo
considera al parque como otro de sus hijos.
Los suyos, los de carne propia, viven en Tatatila, en la sierra; por lo
que él se niega a mudarse con ellos: ya no tiene edad para andar entre el lodo
subiendo cerros. Menos tiene corazón
para dejar su parque, el que ha cuidado por 35 años.
@YamiriRodríguez
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