Por Yamiri
Rodríguez Madrid
Por alguna
extrañana razón, de la cual no ha querido dar explicación, Genaro Mejía de la
Merced, Subsecretario de Gobierno en Veracruz, destituyó, hace unos días, a
varios de los directores de los registros civiles en los 212 municipios
veracruzanos.
Y le cito unos
cuantos ejemplos: en el norte veracruzano, se dieron los cambios de Juan Carlos
Hernández Cerecedo de Álamo, de Hortencia Elizabeth Castillo González de
Tihuatlán y de Alfredo Escobar Peñaloza, de Castillo de Teayo.
Aún con un
trabajo impecable de todos ellos, en su lugar, fueron designados personajes a
los que se les identifica como operadores políticos del Partido Revolucionario
Institucional (PRI), específicmente del grupo de Mejía de la Merced.
Según algunas
versiones, la intención del Subsecretario de Gobierno, que pareciera quiere
quedar bien y asegurar su permanencia, es que dado el contacto que tienen los
directores de los registros civiles con la población, a través de
asentamientos, bodas colectivas y hasta defunciones, sea manejado con fines
partidistas, sobre todo cuando estamos inmersos en el proceso electoral.
En Álamo, tras
la destitución de Juan Carlos Hernández Cerecedo, la ciudadanía inició una
colecta de firmas para pedir sea restituido, pues tan solo en el mes de
febrero, había hecho una boda colectiva con más de 200 parejas. En Álamo amenazan con manifestación, pues
Hernández Cerecedo tiene probada experiencia.
En Martínez de la Torre, donde se había desempeñado con anterioridad,
también dejó simpatías.
El caso de Alfredo
Escobar Peñaloza, el año que estuvo como oficial del registro civil en Castillo
de Teayo entregó resultados, de ahí que hoy extrañe a los pobladores su
despido.
Lo cierto es
que sin necesidad alguna, la propia Subsecretaría de Gobierno ha encendido
focos amarillos en el norte, propiciando la toma de palacios municipales. Sin
calcularlo, agitaron el avispero.
@YamiriRodríguez
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