Por Yamiri Rodríguez Madrid
Dicen que
cuando veas las barbas de tu vecino cortar, pon las tuyas a remojar y, tras la
tragedia en el Penal de Topochico, en Nuevo León, vale la pena revisar la
condición en que se encuentran las cárceles veracruzanas.
Por ejemplo,
en el penal de Duport Ostión, en Coatzacoalcos, la población penitenciara se
encuentra hacinada, pues de una capacidad de 850 personas, hay más de mil 300.
El Penal de
Poza Rica tiene dos grandes problemas: el primero, que está ubicado en pleno
centro de la ciudad petrolera y, segundo, que no hay un patio central, donde
puedan salir a ejercitarse o caminar, lo que provoca un caldo de cultivo en los
ánimos de los reclusos.
El centro
penitenciario que se iba a construir en Papantla, no pudo ser terminado debido,
a que, literalmente está ubicado en una poza, lo que lo hacía propenso a las
inundaciones.
Y en el de Pacho
Viejo, corrió como pólvora el fin de semana pasado, que se habían amotinado,
aunque la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), informó que se trató de una
revisión rutinaria.
La Comisión Estatal
de Derechos Humanos (CEDH), ha reportado esta serie de irregularidades en los
penales veracruzanos; sin embargo, las recomendaciones, a la fecha, no han sido
acatadas.
No vaya a ser
que después del niño ahogado, quieran tapar el pozo…
@YamiriRodríguez
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