lunes, 28 de octubre de 2013

La Torre de Babel

Por Yamiri Rodríguez Madrid
 
Entre las múltiples riquezas del estado de Veracruz, se cuenta la cultural, y dentro de esta sus lenguas. En el mundo, hay 6 mil idiomas, de los cuales, más de 2 mil 500 están a punto de desaparecer.
Muchas otras se han perdido a lo largo de los siglos, desde que se escribió el Génesis: “Tenía entonces toda la tierra una sola lengua y unas mismas palabras. Y aconteció que cuando salieron de oriente, hallaron una llanura en la tierra de Sinar, y se establecieron allí. Y se dijeron unos a otros: Vamos, hagamos ladrillo y cozámoslo con fuego. Y les sirvió el ladrillo en lugar de piedra, y el asfalto en lugar de mezcla. Y dijeron: Vamos, edifiquémonos una ciudad y una torre, cuya cúspide llegue al cielo; y hagámonos un nombre, por si fuéremos esparcidos sobre la faz de toda la tierra.  Y descendió Jehová para ver la ciudad y la torre que edificaban los hijos de los hombres. Y dijo Jehová: He aquí el pueblo es uno, y todos éstos tienen un solo lenguaje; y han comenzado la obra, y nada les hará desistir ahora de lo que han pensado hacer.  Ahora, pues, descendamos, y confundamos allí su lengua, para que ninguno entienda el habla de su compañero. Así los esparció Jehová desde allí sobre la faz de toda la tierra, y dejaron de edificar la ciudad. Por esto fue llamado el nombre de ella Babel, porque allí confundió Jehová el lenguaje de toda la tierra, y desde allí los esparció sobre la faz de toda la tierra”.
Hoy, entre nosotros, aún hay muchos testigos de la desaparición del manés de la Isla de Man; el aasax de Tanzania, el ubyh de Turquía y el eyak de Alaska, el cual su último hablante murió hace apenas 5 años. 
El Atlas de las Lenguas en Peligro, de la Unesco, da cuenta de muchas otras más y sentencia que si nada se hace, la mitad de los 6 mil idiomas hablados actualmente desaparecerá a finales de este siglo. Con la desaparición de las lenguas no escritas y no documentadas, la humanidad no sólo perdería una gran riqueza cultural, sino también conocimientos ancestrales contenidos, en particular, en las lenguas indígenas.
Expertos en el tema no se ponen de acuerdo si son 64 o 68 las lenguas que están en peligro de extinción en el país, de las 364 variantes lingüísticas que existen.  Sin importar la cantidad, es igual de lamentable, pues parte de nuestra identidad nacional se va junto con estas. Según el reporte del Instituto Nacional de Lenguas Indígenas, cada una sólo es hablada por menos de 100 personas.
Ahí está la Kiliwa en Baja California, con sólo 10 hablantes, la Diapaneca, en el vecino estado de Tabasco con tan sólo 21 hablantes o el Zapoteco Chocholteco en Oaxaca.
Afortunadamente, en nuestro estado, tenemos 31 variantes dialécticas, las cuales se han preservado a lo largo de siglos: huasteco, populuca, mixe, zoque, chinanteco, zapoteco, mazateco, mixteco, otomí, totonaca, tepehua, el náhuatl de la Huasteca, el de la Sierra de Zongolica, Nahua del Sur y Teenek, por mencionar algunos.
Igual de importante resulta mencionar que cerca de 70 mil personas siguen siendo monolingües en el estado.
Sin embargo, el mismo Atlas señala que en Veracruz hay lenguas en las que hay que continuar trabajando para evitar su desaparición, con algunas variables de náhuatl en el sur, como el llamado Sayulteco, hablado en algunas comunidades de Sayula de Alemán por poco más de 3 mil 500 personas. Está también el caso del Tepehua, en Zontecomatlán, con apenas 2 mil 234 hablantes.
Por el contrario, el totonaca –indica- ha tenido un importante fortalecimiento con más de 45 mil personas que se comunican con esta lengua, de ahí el reconocimiento de la Federación al Estado por la preservación de sus lenguas indígenas.
Muchos hemos preferido aprender inglés, francés o mandarín en lugar de preservar nuestras lenguas.  No se trata de una cuestión de utilidad el ser hablante de una lengua indígena, sino de orgullo y pertenencia a un país rico en cultura.
 
 @YamiriRodríguez

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