Por Yamiri Rodríguez
En una extensión de 30 kilómetros, dentro de la norteña provincia de Tianjin, desde 2008, China ha iniciado la construcción de una ciudad ecológica, la cual tendrá una población de solo 350 mil habitantes.
Aunque será concluida hasta el 2020, hoy ya tiene una población de 5 mil personas las cuales, en todo su entorno, utilizan ya las energías limpias: autobuses eléctricos, estacionamientos diseñados para autos que no usan gasolina, celdas solares en viviendas y edificios públicos, botes de basura que la separan y grandes molinos en su entrada que permiten aprovechar la energía eólica.
Lo más maravilloso de esta eco ciudad que se construye con inversión de su vecino Singapur (este país apenas tiene 600 kilómetros de superficie), es que se edificó en un antiguo basurero, por lo que su suelo no es apto para el cultivo dado lo alcalina que es la tierra.
Las tareas de reforestación van viento en popa y para el 2020, también, se espera tener reforestado en 50 por ciento toda la superficie: se trata pues de las ciudades del futuro.
Si bien uno de los principales problemas de China son sus altos niveles de contaminación, lo cierto es que es igual de destacable la manera en que trabajan para contrarrestar los efectos del daño medio ambiental, pues aunque no saben a ciencia cierta si hay ciudades de este tipo en otras latitudes, en sus provincias están replicando el ejemplo.
La meta es que de aquí a 7 años, los 350 mil habitantes que tengan el privilegio de vivir en esta área, utilicen al 20 por ciento las energías renovables, la cual no es únicamente la meta de China, sino también de la Unión Europea.
Dado que la densidad poblacional de China es la más alta del mundo, el vivir en esta eco ciudad no será apta para todos los bolsillos. Un departamento en Tianjin, la tercera ciudad más grande del país, el metro cuadrado oscila en los 8 mil 500 yuanes, es decir, 17 mil pesos. Hoy se ofrecen apartamentos de hasta 240 metros cuadrados en esta metrópoli.
Los departamentos de la eco ciudad deberán entonces ser más caros, al incluir sistemas de ventilación, calefacción, foto celdas y todo tipo de tecnología amigable con el medio ambiente.
Los ingenieros y arquitectos mexicanos bien harían en copiar estos ejemplos: primero remediando el entorno de lo que hoy tenemos como tiraderos a cielo abierto y, nosotros como ciudadanos, haciendo conciencia de que las llamadas eco ciudades deben ser el modelo urbanístico que debemos dejar a nuestros hijos y nietos.
@YamiriRodriguez
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