Los viejos vicios de la sociedad

En cada temporada de lluvias, salen a flote a los viejos vicios de la sociedad, siendo el principal los asentamientos irregulares. Y es que durante siglos, el hombre se ha ido a vivir a zonas serranas, riesgosas, al filo del precipicio, lo que hoy, para cualquier ciudad moderna, representa el mayor problema.


Echemos un vistazo a la orografía del Estado de Veracruz: entre la meseta central y la parte accidentada de la entidad, está la región de las grandes montañas con una extensión de 12 mil km2 aproximadamente, manteniendo alturas que varían entre los 2 mil y 5 mil metros.

En esta zona se encuentra el Citlaltépetl o Pico de Orizaba, con 5 mil 747 metros de altura, siendo el mayor del país.

Ahí también se encuentra el Naucampaltepetl o Cofre de Perote, con una altura de 4 mil 250 metros, ambas alturas forman parte del Eje volcánico del país.

Otros conos de cierto interés por su elevación son: Volcancillo, en las Vigas; el Macuitépetl, en la ciudad de Xalapa, el Cerro de las Culebras en Coatepec y los de San Miguel, Xico y Orduña. En la región central de Estado se encuentran alturas de 2 mil 500 metros sobre el nivel del mar, formando las cumbres de Acultzingo, Maltrata, la Sierra de Zongolica, Huatusco, Zomelahuacan, etc.

Pero hay muchos, muchos más que son núcleos poblaciones, y no nada más en Veracruz, sino en todo el país y el mundo.  Personas que viven a la orilla del cauce, en cañadas, en lugares remotos que, cuando la mano de la naturaleza aprieta, son los primeros en resultar afectados y los más vulnerables.

Hoy en día, ningún gobierno, de ningún país, tiene la capacidad de poder reubicar a las millones de familias que habitan en zonas peligrosas, tanto en las zonas rurales como urbanas.

Por citarle un ejemplo, en 2010, según datos de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), hay 80 mil asentamientos irregulares. Tan sólo en el Distrito Federal, de acuerdo a un estudio de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), existen 867 asentamientos irregulares, en 3 mil hectáreas, que además tienen un impacto negativo en el ecosistema.

A eso súmele que ya no hay reservas territoriales para la construcción de viviendas y que, cuando antaño se dio la reubicación de algunas familias, estas regresaron a su lugar peligroso lugar de origen y rentaron o vendieron la casa nueva que la autoridad les dio.

Tras el fatídico paso de Ingrid y Manuel por nuestro país, la Secretaría de Gobernación (Segob), ha anunciado que castigarán a los responsables de permitir los asentamientos irregulares. Los primeros pasos para poner orden en casa y, evitar que este tipo de acciones se replique, ya se dieron.

Sin embargo, a diferencia de muchos estados del país, Veracruz cuenta hoy con una Ley de Ordenamiento Urbano y Territorial, propuesta por el Gobernador Javier Duarte de Ochoa, y mediante la cual se sanciona con cárcel a quien promueva el uso habitaciones de zonas riesgosas. Pero además, somos la única entidad en el país con un Atlas de Riesgo actualizado y certificado por el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred).

Desafortunadamente, los asentamientos irregulares, aquí y en China, es un cuento de nunca acabar.


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