martes, 15 de octubre de 2013

Las Joyas Arqueológicas de Veracruz II

 
 
Por Yamiri Rodríguez Madrid
 
Quintana Roo, es el estado en país con mayor número de sitios arqueológicos en resguardo del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), con un total de 20. El Estado de México tiene 18, Campeche y Yucatán tienen 16 y 13 Oaxaca. Chiapas, Guerrero y Veracruz, tienen 10 cada uno.
El INAH documenta 8 zonas prehispánicas en Morelos y 6 en Michoacán y Puebla. Chihuahua, Tlaxcala y Tabasco tienen 5 sitios arqueológicos, cada uno; 4 el Distrito Federal, Querétaro y Guanajuato: 3 más en Hidalgo, Zacatecas, Tamaulipas y Jalisco, 2 en Colima, San Luis Potosí y Baja California y uno más en Baja California Sur, al igual que Durango, Sinaloa, Sonora, Nayarit y Nuevo León.
Bien vale la pena conocer Las Higueras, ubicada muy cerca del municipio de Vega de Alatorre.  Ahí, según las investigaciones, el sistema constructivo consistió en colocar un núcleo de tierra, recubierto de piedra Bola de Río o Canto Rodado, amarrado con argamasa hecha de cal de concha de ostión o almeja quemada.  Finalmente, se les revistió con capas de aplanado.
Quiahuiztlán, cerca del Farallón, sufrió dos invasione, primero la de los Toltecas y posteriormente de los Mexicas, de quienes permanecen sujetos hasta el momento del contacto español. Quiahuiztlán, asentamiento más cercano al punto en que Hernán Cortés funda la Villa Rica de la Veracruz, fue el lugar en que se concertó una alianza entre los pueblos Totonacas y los españoles para conquistar el imperio Tenochca. 
Esta zona, de acuerdo al INAH,  tuvo 3 funciones: fue ciudad con cerca de 15 mil habitantes. Cementerio en el que se hallaron restos de 78 tumbas dispuestas en tres cementerios principales; y fortaleza, puesto que en todas las estribaciones del cerro se pueden observar muros defensivos de diferentes dimensiones, hecho que causó admiración a los primeros hispanos.
En el sur de la entidad, en San Lorenzo Tenochtitlan, fue una capital olmeca que se extendió sobre una gran “isla” tropical, delimitada por ríos navegables y grandes llanuras de inundación en la cuenca baja del río Coatzacoalcos.  
Aquí se encuentra una de las diez cabezas colosales descubiertas en el lugar; las restantes se encuentran en exhibición en el museo de antropología en Xalapa y en el Museo Nacional de Antropología de la Ciudad de México.
Ahí también había un gran árbol conocido como ojoche, que lamentablemente ya no existe pero hasta hace pocos años fue el ser viviente más antiguo del sitio.
Tras Zapotes, en Santiago Tuxtla, destaca por sus cabezas colosales talladas en piedra volcánica que obtenían de la sierra  de los Tuxtlas, lugar donde se les daba la primera forma para trasportarlas después a su destino final en donde se esculpían las facciones del rostro, así como los elementos del casco.
De las 17 cabezas descubiertas hasta hoy, trece fueron encontradas en el estado de Veracruz: Diez en san Lorenzo, dos en Tres Zapotes y una en Cobata, municipio de Santiago Tuxtla. En la venta Tabasco se hallaron cuatro.  La cabeza de Cobata está en el parque de Santiago Tuxtla y es la única con los ojos cerrados por lo que quizá representa a un personaje muerto.
También esculpieron tronos o altares para los gobernantes, en cuya parte frontal se observa un nicho, que posiblemente simboliza una cueva que da acceso a los poderes del inframundo y al centro la representación de un dirigente.  Crearon extensas redes comerciales en las que circulaban estilizados objetos de lujo con figuras de jaguares, serpientes, caimanes o aves de rapiña. 
El montículo principal de este grupo es conocido por los lugareños como la loma Camila, la cual tiene una altura de 12 metros  sobre el nivel del llano. En el lado norte de la plaza está la loma Larga, que tiene 7 metros de altura y 130 metros de longitud, y al extremo oeste hay dos montículos de 5 metros de altura aproximadamente, que delimitan una plaza de cerca de 300 metros de largo por 200 metros de ancho, esto conforme a datos del INAH.
Los estudios estratigráficos indican que Tres Zapotes fue afectado por una o varias erupciones del volcán San Martin; probablemente a esto se deba que sus habitantes se desplazaran hacia terrazas más altas.   
El décimo sitio arqueológico veracruzano es Vega de la Peña que, al igual que Cuajilote, está en la subcuenca del Río Bobos.
En su Conjunto Central, se encontró una serie de anillos de piedra arenisca, que posiblemente formó parte de la decoración adosada a la arquitectura, funcionando como celosías de ventilación e iluminación hacia el interior de las cuarterías. En el Conjunto Sureste, se encuentra un edificio orientado al poniente, conocido como Xicalcoliuhqui o De las Grecas el cual consta de dos altos cuerpos en suave talud, con paredes verticales al frente.Obligación es conocer la cuna de la historia no nada más de México, sino de Mesoamérica.

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