martes, 12 de noviembre de 2013

El éxito o fracaso de una ciclovía es la educación

 
 
Por Yamiri Rodríguez Madrid
 
Tras la puesta en marcha de la ciclovía en la capital veracruzana, hemos escuchado quejas en el sentido de que esta no sirve, que su diseño no es el adecuado o que entorpece el tráfico diario. Sin embargo en Beijing, la capital china, sede por cierto de los pasados Juegos Olímpicos, también funciona una.
En los pocos días que tengo caminando por esta ciudad, una de las más pobladas en el mundo por cierto, puedo platicarle que aunque urbanísticamente es óptica, la falta de una educación vial la ha estropeado.
Y es que pese a que las calles están perfectamente planeadas y el gobierno comunista ha incluso separado la circulación de este carril especial con barandas, por esta lo mismo circulan bicicletas, que motonetas y hasta familias completitas de a pie.
Paseando por una de las principales avenidas, justo enfrente de la Ciudad Prohibida, topé con una escena digna de relatar.  A la salida de este ícono de la cultura china, como es de esperarse, aguardan decenas de autobuses, taxis y moto taxis esperando a los más de 50 mil turistas que diariamente visitan el recinto sagrado.  Aunque las banquetas son sumamente amplias, los propios aclaro, y no los turistas, aprovechan para caminar por la ciclovía.
Justo me tocó presenciar como una familia china discutía con el conductor de una moto taxi porque, aunque este tocó el claxon para que despejaran la arteria, la familia se negó y entonces a grito pelado, comenzaron a discutir.
Si bien el carril es lo suficientemente amplio para que circulen hasta 3 o 4 motos y  los hay en ambos sentidos, tal y como lo marca el flujo vehicular, el ciudadano no respeta.
Aunque cada determinados metros hay semáforos peatonales, la misma preferencia tiene el que camina que el que va en bicicleta. Los carros se tienen, las bicis no. Las motos, que en teoría no entrarían dentro de este apartado, pasan por encima de usted si no se pone a las vivas.
Peor aún están por estas latitudes del mundo, pues aunque usted vaya caminando tranquilamente por sus anchas banquetas, e insisto, banquetas, de pronto pasa una motoneta o bicicleta circulando y usted tiene que hacerse a un lado para que ellos sigan su camino: tal parece que las dos ruedas en esta ciudad tienen la misma jerarquía que un peatón.
Después de haber caminado más de 10 kilómetros por las calles de Beijing en dos días, puedo decirle que la ciclovía xalapeña es bastante funcional, sin embargo, al igual que los chinos, nos falta mucha cultura para respetarnos mutuamente.
Aquí no hay sanción para nadie, ni para el que invade el carril especial con su paso lento, ni para el que con el acelerador al fondo o el pedal a todo lo que da, se sube a la banqueta sin importar si usted va de espaldas a ellos sin notarlo. Vaya: ni siquiera agentes de tránsito existen por acá.
Que a la nuestra la falta mejorarla, sin duda alguna, pero créame que no está tan mal.
 
 
@YamiriRodriguez

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