Por Yamiri Rodríguez Madrid
Los niños chinos siempre están cansados. Desde muy temprana edad llevan un programa intensivo de educación, en donde las matemáticas y la ciencia son fundamentales, además de clases extra de piano e idiomas.
En México, según datos de la Prueba Enlace, estamos reprobados en Matemáticas y ya ni se diga de la negación de nuestros docentes por evaluarse.
Para este país comunista, la educación es un asunto prioritario, aunque aún no esté condiciones de recibir a todos sus jóvenes en las universidades, debido al tema demográfico.
Sin embargo, los chinos se preocupan y ocupan de este tema, pues ha dado pie a actos de corrupción, en donde padres tienen que pagar a oficiales para asegurarles su pase a sus hijos. Nada alejado de la realidad mexicana.
Eso si, como les dijo hace unos días el presidente chino Xi Jinping, a universitarios graduados: la clave está en innovar. Por lo anterior, este gobierno exige que sus jóvenes estudien carreras conforme al crecimiento de la economía
Durante nuestra visita al Instituto de Estudios Latinoamericano, de la Academia de Ciencias Sociales de China, su subdirector, explicó que el objetivo de este estado es formar chinos de primer nivel, que sean empleadores y no empleados, o directivos de las grandes empresas transnacionales.
Precisamente en la cuestión de formación educativa se ha cimentado el crecimiento estratosférico que este país comunista ha tenido, pues su objetivo como nación es formar profesionistas de primera clase.
Los académicos comunistas afirman que sus connacionales que llegan a México lo hacen, en primer término, lavando platos, pues provienen de provincias muy pobres, sin educación, sin conocimiento de nuestra lengua, aunque después prosperen.
Y nos aclaran que no debemos verlos como un competidor de productos de baja calidad y baratos, sino como una oportunidad de complementarnos: es la nueva generación de chinos, los que en un país comunista hoy están construyendo su Word Trade Center, tienen rascacielos por doquier como los de Nueva York, puertos ultra modernos como Shangai y Hong Kong, tiendas departamentales como Champs Elysee en Paris como Burberry, Hermenegildo Zegna, Rolex, Roberto Cavalli y demás que ni en la avenida Mazaryk de nuestra capital nacional existen. Los chinos ya no serán maquiladores, sino los dueños de estas.
Veracruz tiene una oportunidad de oro. Hoy que prácticamente está iniciando el ciclo escolar, es momento de repensar qué tipo de generación estamos formando, si a cada pestañeo nuestros maestros se van a paro o ya de mientras, a la junta sindical.
Cualquier país, sin duda, necesita formar talentos de primer nivel para enfrentar el futuro.
@YamiriRodriguez
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